
-Tienes 6 hijos, ¿qué es lo que más les gusta de Pocoyó?
-Juan, de 6 años, se ríe a carcajadas con Pato; Dimas, de casi 3, todas las noches quiere ver a Pololó; a Fabiola es a la que menos le gusta, pero al resto de las niñas les encanta. Creo que les atrae su espontaneidad, su punto gamberrete transgresor y su manera de ver la vida.
-¿Por qué duran los capítulos sólo 7 minutos?
-Si fuesen más largos perderían la atención. Nuestro público son niños de 1 a 4 años aunque los padres y los abuelos son cada vez más fieles a su cita con Pocoyó. En la 2ª temporada habrá muchos guiños de humor para mayores.
-Impresiona la precisión de la animación, ¿crees que los niños son tan exigentes?
-No te lo dicen, porque no saben diferenciar, pero se dan cuenta perfectamente y son capaces de discernir si una serie está bien hecha o no. Pero el éxito reside sobre todo en los guiones y en el mensaje que transmite.
-¿Y qué valores apoya?
-Ante todo buen humor. Queremos que los niños aprendan riendo, que disfruten del momento que están viviendo. Y a partir de ahí, los valores básicos que rigen cualquier relación humana: la honradez, el trabajo, la lealtad, el sentido común, el respeto a los demás, el espíritu de superación ...
-¿De dónde le viene el nombre?
-La hija de uno de sus creadores, por la noche antes de irse a la cama, reza: "Jesusito de mi vida, eres niño poco yo".
Fuente: Telva
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