Si Obama no viene a Cádiz (porque su apretada agenda se lo impide), Cádiz tendrá que hacer algo para llamar su atención. Por ejemplo, fabricar unas galletas con su nombre (Las Obamitas) y su cara (salvo matices de color y rasgos faciales). La iniciativa ha partido de una nueva empresa, el estudio de diseño, publicidad y branding Neos Brand, una empresa de los hermanos Castro Sánchez (Fidel y Javier) formada por cuatro personas que no superan los 30 años de edad. «Queríamos demostrar que se puede construir una marca, estudiando y aplicando las nuevas tendencias visuales y de marketing», explica Javier. Horneando y sirviendo: se pusieron en contacto con el conocido obrador de Antonia Butrón, en Chiclana, que las confeccionó. La distribución, por supuesto, es a través de internet, aunque ya les ha llegado una petición para venderlas directamente en una tienda de productos gourmet de Sevilla.De momento, se pueden encontrar en su página web (www.obamitas.com) y se pueden comprar a través del sistema paypal y mediante una transferencia (escribiendo a pedidos@obamitas.com). Pero además como hoy en día quien no está en Facebook no existe, han creado un grupo en esta red social y tienen cuenta en Twitter y un canal de vídeos en Youtube (que prometen activar en breve).Las galletas se elaboran el mismo día en que se hacen los pedidos y tienen un plazo de entrega de entre 4 y 6 días. Se venden en dos formatos: caja pequeña, de 150 gramos (8,90 euros) y la grande, de 250 gramos (12,90 euros). «Son caras», reconoce Fidel, pero es que están hechas con productos artesanales. No tienen fórmula secreta, porque está escrita en la página de inicio del sitio en internet: cacao, huevo, nueces, azúcar, mantequilla, harina, una pizquita de esperanza y mucho cariño.Y los dos últimos ingredientes son vitales, porque de hecho las obamitas nacieron como una respuesta contra la crisis. No es que vayan a revertir los malos resultados del Ibex 35, pero al menos aportan un toque de humor. «Se nos ocurrió porque estábamos cansados de oír hablar de la crisis», reconocen. Se tomó el nombre del presidente de Estados Unidos no por una cuestión política, sino «porque él ha traído una corriente de esperanza, es un símbolo». El packaging (envasado) es otro de los puntos fuertes de este producto. En colores azul y marrón e ilustradas con la imagen de la galleta, vienen presentadas en cajas de cartón que al abrirlas tienen forma de flor y se despliegan como una bandeja, «precisamente para eso, para que sea más fácil ofrecerlas, porque están pensadas para compartir», explica Fidel. Dentro, el cliente encuentra una tarjeta con un mensaje: «Enhorabuena, acabas de recibir las obamitas, unas galletas pensadas para llevar un poquito de alegría, buen humor y esperanza», aunque la presentación se puede personalizar al gusto del cliente.
De momento sólo se venden en España y lo de «por el momento» no es un capricho de redacción de este artículo. Ellos mismos así lo explican, porque incluso les ha llegado algún pedido del extranjero, concretamente de New Jersey. «Es que lo de exportar alimentos es muy complicado», comenta con una sonrisa Javier.
La iniciativa se llevó a cabo para dar a conocer la empresa que aunque no es nueva (la creó Fidel, el mayor de los hermanos en 2001, cuando tenía sólo 22 años) ha cambiado de nombre. Ambos hermanos están relacionados con el mundo de la publicidad: Fidel estudió en el Instituto de Artes Visuales de Jerez y Javier se licenció en Publicidad en Sevilla.Pese a la crisis (de nuevo regresa el término a la conversación) se muestran optimistas con su futuro como empresa en Cádiz. «Es verdad que hay una falta de confianza en las empresas de aquí; hay poca cultura de la publicidad, de la importancia de la comunicación, pero también se ven cosas nuevas como Creactiva, la Feria de Creatividad que se organizó el pasado año.Ellos no tienen ayudas públicas, porque tampoco han ido a buscarlas, «pero cada vez que hemos necesitado hacer algún trámite, hemos visto que hay muchas trabas».
Respecto a su cartera de clientes, no se quejan. Tienen algunos que confían en ellos, como el Nahú Bar, el Arsenio Manila, la zapatería Ormas, pero también la Zona Franca Cádiz (en cuyo recinto están instalados) o la Confederación de Empresarios de Cádiz.Fuente: La voz digital
1 comentario:
Me muero de risa. Lo que no se les ocurra a los de Cadiz......Son todo un punto.Bsss
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