Cortar el pantalón unos 5 ó 7 cm por debajo de la rodilla y recortar sus bordes en zig-zag.
Para las sobrebotas, se cortan dos rectángulos de cartulina (29 cm de largo x 40 de ancho). El borde superior se dobla unos 5 cm hacia fuera y se pega; el inferior, unos 3,5 cm hacia dentro también se pega. Se cierran en redondo, con grapas o pegamento (perímetro superior unos 33 cm; inferior, unos 30 cm).
Hebillas: pegamos un rectángulo de 6 x 12 cm de lámina dorada sobre el cartón. En el mismo cartón recortamos dos cuadrados de 6 x 6 cm. En el centro de cada uno recortamos otro de 3,5 x 3,5 cm. Después pegamos las hebillas sobre las sobrebotas.
Para el último toque, doblamos el pañuelo grande y se lo atamos a la cintura. El pirata ya estará listo para surcar los mares en busca del tesoro.
Para completar el disfraz, hay que inventarse un grito de guerra o hacer uso de alguno de los clásicos. "¡Al abordaje!" es uno de los preferidos de los piratas.
Doblar la tela blanca en forma de rectángulo (80 x 100 cm). En el doblez, hacer un corte para el escote. Recortar los bordes inferiores en zig-zag (unos 8 cm de largo).
Doblar el tul en forma de rectángulo (80 x 70 cm). En el doblez hacer el corte para el escote. Recortar los bordes inferiores en zig-zag.
Para hacer el cuello, doblamos la tira de tul longitudinalmente (12 x 100 cm) y hacemos un pespunte a 1 cm del doblez. Después se pasa el cordón elástico por él y se frunce para ajustarlo al cuello.
Cinturón: coser las borlas en los extremos de la cinta de raso. Antes de ponerle el cinturón el hada tiene que levantar los brazos hasta los hombros. Así, tanto la tela blanca como el tul, quedan muy ahuecados. Solo falta colocar las alas para que tu pequeña empiece a hacer encantamientos con su varita mágica.
Si le quitas las alas y le añades un gorro de bruja y una máscara negra tu hija se convertirá en la malvada bruja del cuento.
Colocar la sábana sobre el niño. Recortar los bordes inferiores para que queden redondeados. Cortar dos agujeros para los brazos.
Planchar un dobladillo de 1 cm de ancho y coserlo. Marcar con rotulador el lugar en el que van los ojos, la nariz y la boca y cortar la tela.
La corona: se recorta una tira de cartulina plateada (14 x 45 cm) en zig-zag. Después la adornamos a nuestro gusto con los abalorios. A continuación, medimos la circunferencia de la cabeza del niño y cerramos la corona en redondo según la medida. La corona se sujeta al traje con un velcro.
La cadena de presidiario se hace cortando siete tiras de cartulina (27 x 3 cm) y forrándolas con papel de aluminio. Luego hay que pegarlas formando círculos encadenados. Debajo de la sábana, el niño debe llevar el suéter, los leotardos y las zapatillas blancas. Ahora solo falta que el pequeño aprenda el arte de arrastrar las pesadas cadenas del fantasma.
¿Quién se esconderá debajo de esa terrorífica sábana? Es un secreto que el resto de asistentes a la fiesta deberán descubrir.
Doblamos la tela en rectángulo (70 x 50 cm). En el doblez recortamos el escote. Después, cogemos aguja e hilo y redondeamos las cuatro esquinas del traje.
Cosemos los laterales dejando 15 cm abiertos junto al doblez para que la niña meta los brazos.
Planchamos el dobladillo y lo cosemos. Entre las piernas cosemos también un automático grande que servirá para poner el vestido a la pequeña. Una vez acabado, el traje llega hasta la rodilla.
Con pintura para tela dibujamos picos alrededor del cuello, una línea central en la espalda y varios puntos grandes.
Podemos ahuecar el disfraz metiéndole papel de seda en la parte posterior.
Las alas se hacen doblando los dos alambres (uno por cada ala) en forma de óvalo. Luego los introducimos en las medias negras y atamos éstas entre sí, para que las alas queden unidas. Por último, pegamos las lentejuelas rojas y cosemos las alas al disfraz.
Ya solo falta darle a nuestra niña un par de calcetines rojos para que se convierta en un insecto.
Para realizar este disfraz, solo hace falta comprar la tela, el resto de materiales son cosas que tenemos en casa. Después, la mariquita tiene que extender los brazos y ¡a volar!.
3 comentarios:
Q fáciles y bonitos!!
No hay excusas para no disfrazar a los niños!!
Ojalá tubiera algún peque a quien disfrzar!! ;)
¡Que buenas ideas!, ya no hay escusa para no disfrazarse.Bss
Por supuesto, los niños se merecen nuestro tiempo e ingenio. Gracias, besos.
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